La tragedia es una representación teatral en la que los personajes se ven enfrentados a fuerzas misteriosas que operan en contra de ellos, causando inevitablemente su destrucción. Es una de las variantes que puede tener el género dramático. Su origen se encuentra en la antigua Grecia.
Uno de los primeros análisis que puede señalarse en lo que respecta a este tema se le atribuye a Aristóteles. En la Poética se aboca a definir a la tragedia y establecer cuales son los temas que se tocan en ellas. Pero más llamativo es la función social que le depara, a la que se denomina catarsis. Esta consiste en la purgación de sentimientos que se experimentan en el decurso de la obra.
De los autores de las primeras tragedias nos llega poca información. Algunos nombres relevantes son Tespis, Querilo, Pratinas y Frínico. No obstante, el autor fundamental que signó el derrotero del género, es sin lugar a dudas Esquilo. Así, estableció que la composición fuese dividida en tres partes, introdujo un segundo actor que hizo del texto una representación y utilizó por primera vez máscaras y coturnos. Su más grande rival fue Sófocles, quien lo venció en un certamen arbitrado. Este también introdujo algunos cambios importantes, como el monólogo y la escenografía. Otros cambios fueron provistos por Eurípides, el último autor que sobresale en esta etapa; entre ellos se destaca la complejidad psicológica de los personajes, que evoluciona según los eventos se suceden.
Luego de la mentada etapa clásica, la tragedia siguió su curso introduciendo variantes que la hicieron muy distinta de sus orígenes en lo que respecta a la forma. No obstante, siempre conservó los elementos temáticos que refieren a un destino aciago contra el que se lucha infructuosamente. Estos aspectos recurrentes hicieron que el término “tragedia” se utilice más allá de la literatura, principalmente para dar cuenta de situaciones indeseables y que producen dolor.
FUENTE: www.definicionabc.com/comunicacion/tragedia.php